lunes, 31 de julio de 2017

De las Dehesas a Los Miradores (11,10 Kms.)


Con una previsión de bajada moderada de temperaturas nos planteamos hacer una ruta por la sierra, deberá ser corta acabar a media mañana y no padecer mucho los rigores del calor, por este motivo hemos elegido una ruta por el valle de la Fuenfría, dejaremos el coche en las Dehesas y subiremos a los miradores.


Datos de desnivel de la ruta:


Dejamos el coche en el parking que hay frente a Casa Cirilo, llegamos poco antes de las 8:00 y el parking no está muy concurrido todavía, a la vuelta, sobre las 12:00 tenemos el cartel de parking lleno y coches por todos lados, no suelo dejar el coche aquí cuando voy a las Dehesas y me sorprende tanto la cantidad de coches como la gente que sube andando a las piscinas naturales.


Subimos por la pista y un poco más arriba tuerce a la izquierda, pasada una fuente a la izquierda y otro pequeño parking a la derecha vuelve a torcer a la izquierda para emprender el camino de vuelta a Cercedilla, justo en esta curva tomamos el PR-4 hasta llegar a la carretera de la República, al poco de tomar el PR-4 nos encontramos este paso canadiense.



Vamos subiendo y, en un claro, tenemos esta vista del Majalasna.


En una curva de la pista encontramos el arroyo de Marichiva.


La verdad es que no trae mucha agua pero teniendo en cuenta las fechas en que estamos no es de extrañar.


Estas primeras rampas tienen un desnivel suave por lo que se suben sin esfuerzo.


Una ardilla va de rama en rama por los pinos.


Ya comienza a salir el sol.


Otro pequeño arroyo.


La Peñota y la Peña del Águila desde otro claro en el camino, ya en la carretera de la República, hemos pasado cerca de la Ducha de los Alemanes pero hemos preferido esperar a que el arroyo de la Navazuela traiga más agua por lo que en primavera montaremos una ruta que incluya la senda Victory.


Y una vista de las Dehesas, las construcciones que se ven creo que corresponden a la escuela de ingenieros de montes pero no puedo asegurarlo.


Ya casi hemos llegado a los miradores, aquí encontramos un cruce de caminos, por el de la derecha será por el que tendremos que bajar a la vuelta.


Y como no, los forestales naturales de la sierra madrileña, las vacas contribuyen a limpiar el monte de vegetación y por tanto pueden minimizar los efectos de un incendio evitando una rápida propagación, aunque hay gente que se siente molesta con su presencia, es bueno que estén ahí.


El Montón de Trigo, el cerro Minguete parece difuminarse en su ladera, parece como si la Peña Bercial continuara hasta el Montón de Trigo pero es una ilusión óptica, entre el cerro Minguete y el Montón de Trigo hay un pequeño collado.


Y la montaña del dragón que no es otra que la cuerda de Siete Picos.


Detrás de la Cuerda de las Cabrillas vemos la silueta de La Bola del Mundo y de La Maliciosa.


Llegamos a la zona de los miradores, el de Vicente Aleixandre está junto al camino pero preferimos ir primero al de Luis Rosales, por el camino encontramos poemas de poetas grabados en las rocas. Desde aquí tenemos unas vistas impresionantes, al fondo el monte Abantos y la Cruz del Valle de los Caidos. En primer término podemos ver la Peñota.


Elegimos este mirador para hacer la foto de familia. En un habitáculo entre las piedras hay un libro de visitas donde poder escribir comentarios.


Volvemos sobre nuestros pasos para llegar al Mirador de Vicente Aleixandre, está sobre unas piedras y se sube por una pequeña escalera. Tiene unas vistas impresionantes sobre Siete Picos.


Y Maki aprovecha para inmortalizar el momento. En este mirador aprovechamos para tomar algún dátil  y orejones y tomar algo de líquido. Una vez repuestas fuerzas proseguimos la ruta.


No muy lejos de allí nos topamos con las praderas de Navarrulaque y el reloj que Cela, enamorado de estos parajes, donó para nuestro disfrute, en función de la fecha que estamos hay situarse en la parte central y allí donde se proyecta nuestra sombra marcará la hora solar. Ojo, nunca coincidirá con la de nuestro reloj.


Llegamos a la Puerta de la Fuenfría y aquí abandonamos la carretera de la República, nos desviamos a nuestra izquierda hasta una pequeña construcción que hay en medio de la pradera, dentro del mismo está la fuente de Díaz Duque. Tiene un hilito de agua.


Aquí tenemos dos opciones, volver sobre nuestros pasos para encontrar el cruce por el que tenemos que tomar el camino de vuelta o bajar al mismo por la pradera, no se ve un camino marcado pero optamos por esta segunda opción, el cruce no debe estar muy lejos. Llegamos al mismo y comenzamos a bajar, en estos primeros tramos el desnivel es más grande y el camino no parece en muy buenas condiciones. 


Pronto la pendiente se vuelve menos repentina y el firme del camino mejora. Como vemos en el segundo árbol que hay a la derecha del camino, el trayecto está marcado con círculos rojos.


Llegamos a una zona habilitada como descansadero con las maderas de traviesas de tren, al principio no habíamos caído pero al otro lado del camino hay unos escalones de bajada, y aquí encontramos la fuente del Pocito, tampoco tiene mucha agua. Paramos un poco, no para descansar sino para disfrutar un poco de estos parajes y este silencio, esta senda está menos transitada que la carretera de la República y por tanto es mucho más tranquila. Merece la pena.


Emprendemos la marcha, vamos perdiendo altura muy suavemente, el camino baja paralelo a la ladera, en el track que he descargado he visto que un poco más adelante comenzará a zigzaguear.


Ya hemos llegado a esta zona, en cada curva pueden salir caminos que sigan de frente, tened cuidado de seguir los círculos dibujados en los árboles.


Por esta tranquila zona encontramos dos corzos, no se alejan mucho de nosotros y vamos buscando una buena toma pero al detectar que otro caminante sube por el camino emprenden una veloz huida. Nuestro gozo en un pozo, nos quedamos sin foto.


Encontramos esta seta junto al camino, en pleno mes de julio.


Seguimos perdiendo altura, por aquí es mayor el número de transeuntes que suben por el camino, seguiremos bajando hasta encontrar una valla metálica, pertenece al embalse de Las Berceas cruzaremos el río de la Venta por un pequeño puente y seguiremos esta senda hasta llegar a la carretera de las Dehesas, más o menos a la altura de la Casa Forestal de las Dehesas. Una vez en la carretera subiremos hasta el punto de inicio de la ruta. Como he comentado antes la carretera está muy transitada por vehículos y personas que se dirigen a las piscinas naturales.


Llegado al parking recogemos pertrechos e iniciamos el camino de vuelta.

Para descargar la ruta en formato GPX puedes hacerlo desde Wikiloc