Con una previsión de buen tiempo para este fin de semana, busco una ruta cortita y con poca dificultad, voy a ir acompañado por Maki y ella hace tiempo que no hace una ruta, no hay que forzar cuando llevas tiempo sin caminar. El lugar elegido es la senda ecológica y el bosque de la Herrería. Yo ya había estado por la senda ecológica cuando subí a las Machotas pero no había estado por la Herrería y, la verdad, me sorprendió gratamente.
Aparcamos al otro lado de la carretera donde se entra al bosque de la Herrería, esto nos facilitará la salida a la hora de irnos, esta carretera tiene bastante tráfico y, como hay que cruzar la carretera, preferimos hacerlo por la mañana que hay menos tráfico. Comenzamos a andar por la pista que sube hasta la silla de Felipe II y la senda ecológica, los paisajes son de cuento. Las prisas por comenzar a andar hacen que no active el GPS a la hora de emprender la ruta, me doy cuenta cuando he andado unos cientos de metros y después me tocará rehacer este tramo a mano.
Cuando llevamos un rato caminando encontramos una salida de la pista a la derecha, veremos una barrera que cierra el paso a vehículos, este camino es el que debemos tomar, nos llevará a la fuente de la reina considerada como final de la senda botánica, esto nos evitará el trasiego de gente por la senda y hacer la ida y la vuelta por recorridos distintos, creo que hemos acertado por la belleza del paisaje.
Bordeamos una finca particular denominada El Castañar, las ramas de los castaños salen a nuestro encuentro desde la finca, algunas hojas comienzas a tomar tonos dorados.
Es un buen momento para plasmar el momento.
Llegamos a la fuente de la reina, sin agua, como todas las que hemos encontrado, consecuencia de la pertinaz sequía.
Comenzamos a bajar por la senda ecológica, Pua va comprobando todos los olores que va encontrando y está atenta a cualquier ruido que oye.
Llegamos a la cueva del Oso, en realidad es el espacio que queda entre dos moles de granito. Es buen momento para hacerse otra foto.
Seguimos caminando y, a la izquierda, tenemos un mirador que no se ve desde el camino, hay que ir atento a la señalización. Desde aquí podemos ver el pueblo y el monasterio con el monte Abantos al fondo.
Aquí el oso, sin la cueva.
Seguimos bajando y cada vez vamos encontrando mas gente, tanto andando como en bicicleta.
En un hueco entre los árboles, de los pocos que hay, podemos ver otra vez el monasterio.
Llegamos a la zona de la silla de Felipe II, cruzamos una cadena que impide la entrada de coches hasta la silla y subimos hasta la misma, como es una zona concurrida, esperamos nuestro turno para hacer las fotos de rigor. Dice la leyenda que desde aquí Felipe II contemplaba las obras de construcción del monasterio, la silla es un asiento de tres plazas tallado en una mole de granito, aquí las chicas con las Machotas al fondo.
Frente a la silla hay otra mole de granito donde se ha tallado otro asiento, este de espaldas al monasterio, también se puede sacar una bonita instantánea.
Aprovecho para hacerme una foto con Pua.
Para llegar al punto donde cruzaremos la carretera, no bajamos por la pista, al menos de momento, utilizaremos el GR-10.
Llegamos al lugar donde dejamos el coche y aquí hay un paso de peatones acceder al bosque de la Herrería, el camino se hace por pista y las vistas, como indiqué al principio son espectaculares.
Algunos árboles comienzan a amarillear, el reloj biológico les indica que los frios están próximos.
Entre las copas de los árboles vemos las cúpulas del monasterio.
Seguimos ascendiendo por una ladera con una pendiente suave hasta que llegamos a la población, tras andar unas decenas de metros por la acera de la carretera llegamos al monasterio. Por este lado hay un estanque con un cisne solitario.
El cisne.
Bordeamos el monasterio para llegar a la explanada de acceso al mismo y como es constumbre, foto de rigor.
Comenzamos el retorno al punto donde tenemos el coche, volvemos sobre nuestros pasos pero no entramos al bosque por el punto por el que salimos, seguiremos por la acera hasta el acceso al campo de golf y cruzaremos el bosque hacia nuestra izquierda, disfrutando de paisajes impresionantes.
Bajando encontramos un banco donde hacer la foto de familia.
La pista, en sentido descendente, es muy cómoda de hacer y como la distancia no ha sido larga, vamos bastante bién. Al final de esta cuesta encontraremos la barrera que impide el paso de vehículos y un poco más allá la carretera.
La barrera indicada.
Llegamos al coche, dejamos las mochilas y acomodamos a Pua en su cajoncito para el transporte y emprendemos el camino de vuelta.
Si quieres descargar la ruta puedes hacerlo en WIKILOC
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