Hacía tiempo que no realizábamos una excursión en busca de níscalos, las condiciones climatológicas adversas para el crecimiento de setas en años anteriores, fue la causante de que tuviéramos aparcada esta actividad. Las lluvias caídas a finales de agosto y las buenas temperaturas reinantes ha hecho que por la zona centro se haya adelantado un poco la época de cría. En principio teníamos pensado ir el sábado pero llovió casi toda la noche lloviendo y desistimos porque las jaras estarían a rebosar de agua. Para el domingo pintaba mejor así que no hicimos pereza y nos acercamos a la zona habitual por la presa del Atazar, aun así nos pusimos de agua hasta las orejas, las jaras no se habían oreado y empapaban solo con mirarlas.
Nada más aparcar el coche encontramos un rodal de 4 ó 5 níscalos y nos animó bastante, después estuvimos un buen rato sin encontrar ninguno, lo que nos bajó un poco el ánimo, ya a la hora de irnos decidimos dar una última vuelta y la verdad no se dió mal, por lo menos cogimos para matar el gusanillo, con la lluvia prevista para estos días es de razón que salgan más.
La verdad es que la ausencia de agua en los últimos días ha hecho que los níscalos estén muy sanos y no encontráramos ninguno agusanado, el tamaño también era el apropiado, ni muy grandes ni muy pequeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario